En Barcelona estamos acostumbrados a que el ritmo gastronómico venga marcado por ciertas modas. La ciudad condal siempre ha sido un referente en la adopción e investigación de diferentes fenómenos gastronómicos como la cocina fusión, la cocina asiática, italiana o los platos típicos de Argentina, Perú o México.
Pero uno de los últimos desembarcos ha venido propiciado por la llegada del café de especialidad. Siendo un fenómeno bastante adscrito al entorno de las grandes ciudades, el specialty coffee ha irrumpido con mucha fuerza en Madrid y Barcelona.
Barcelona huele a café…pero del bueno
Si hablamos de Barcelona podemos observar como se ha transformado el paisaje urbano de los comercios con numerosas cafeterías cuyo producto estrella es el café de especialidad.
Tanto zonas del centro de la ciudad como los barrios de Gracia o el Poblenou han visto crecer en menos de un año el número de cafeterías con café de especialidad.
Se podría pensar que el turismo extranjero es el motor esencial del consumo del café de calidad, pero cada vez son más los habitantes de Barcelona los que una vez que prueban el specialty coffee, no regresan al café industrial.
Tostadores como Nomad y Syra han conseguido erigirse como punta de un buque que ya tiene detrás una legión de barras de café que han pegado fuerte, asentándose como lugares de referencia en Barcelona.
La celebración de eventos como el fórum internacional del café de especialidad y los BCN Coffee Awards, han terminado de confirmar que podemos hablar firmemente de una nueva ola que ha cubierto de aroma y sabor Barcelona.
La duda que se plantea de forma abierta entre los baristas es si es realmente sostenible tanto local cafetero para tantos consumidores de café de especialidad. Bien es cierto que hasta bares, tiendas de comida y restaurantes que hasta ahora no ofrecían specialty coffee han incorporado equipo, molinos y máquinas de café para integrar la demanda de café de especialidad.
Pero además de la necesaria formación de los baristas en un campo que requiere de mucho conocimiento y vocación, la pregunta clave es si conseguirán sobrevivir todas esas barras de café a la regresión que llegará -de eso casi nadie duda- del consumo cuando los hipster que solo se han acercado por curiosidad para alimentar su ego e instagram, pasen al siguiente producto estrella que llegue.
¿Qué opináis vosotros?